This article was published in La Nacion on March 3, 2010.
La madera es un recurso natural biológico que ha sido parte de la humanidad desde su misma creación. La madera presenta características físicas de dureza, insolación térmica, estética, y fácil manufactura, que permiten crear productos de uso principalmente en la industria de la construcción y muebles.
Además de estos usos, los componentes químicos de la madera se pueden utilizar para fabricar otros productos de alto valor agregado como papel, pegamentos, textiles, película fotográfica, combustibles, y extractos para las industrias del concreto, alimentaria y del hule.
Ventajas. Las ventajas de la madera sobre otros materiales de la construcción han sido investigadas y documentadas en diversos estudios. Por ejemplo, el Consorcio para la Investigación de Materiales Renovables para la Construcción (CORRIM, por sus siglas en inglés) encontró que una casa de estructura de madera tiene un efecto negativo sobre el ambiente muchísimo menor que una casa de estructura de concreto o de acero.
Específicamente el estudio indica que una casa de estructura de acero tiene 36% más potencial de contribuir al calentamiento global (liberación de CO2) que una de madera. Además una casa de estructura de concreto tiene un índice de emisión de aguas de un 312% más que una casa de madera.
Otros estudios han comparado el consumo energético requerido para producir productos de madera sólida, acero y cemento. Estos resultados indican que producir una tonelada de acero requiere 24 veces más energía que producir una tonelada de madera sólida y una tonelada de cemento requiere 5 veces más energía en su producción que una tonelada de madera.
Estos resultados nos hacen pensar que deberíamos utilizar más madera si queremos ser verdaderos líderes en protección ambiental, sostenibilidad y ahorro energético, pero en la realidad no es tan fácil. Por un lado, la población costarricense tiene una percepción muy negativa del uso de la madera como material de construcción. Miedo a incendios, descomposición, y seguridad estructural son los principales temores que afectan negativamente el consumo de madera en la construcción.
En los países desarrollados de Europa Occidental y Norteamérica esas percepciones no existen y por cada 10 casas que se levantan, 9 son construidas en madera, mientras que en nuestro país ocurre lo contrario y reina la construcción en concreto y acero.
No se trata de plantear una guerra de materiales, pero sí un uso de nuestros recursos naturales más balanceado que beneficie a todos.
Por otro lado, la tala ilegal de bosques naturales por personas inescrupulosas ha satanizado el consumo de madera a tal punto que cualquier uso de madera, aunque legal, se considera inmoral y dañino. Inclusive en aquellos casos que se opera bajo un esquema transparente de manejo y certificación forestal, la mayoría de la población no entiende este esquema y sigue considerando que la tala, aunque legal, aún daña enormemente al ambiente y los ecosistemas.
Cambio de percepciones. Nuestro país necesita una reactivación del sector forestal que pueda combatir estas percepciones en defensa del ambiente, los ecosistemas y el uso de madera en forma sostenible.
Parte de este plan requiere mejorar e aumentar las plantaciones forestales, educar sobre el uso de madera y crear políticas gubernamentales más efectivas que apoyen el desarrollo del sector forestal.
Empecemos hoy cambiando nuestra percepción sobre la madera. Aprendamos hoy que la madera es un recurso natural sostenible, lo cual significa que este tipo de recurso natural siempre estará a nuestro alcance y su correcta transformación en productos de valor agregado tiene mínimo impacto en el ambiente y ecosistemas comparado con otros materiales.